Ser mujeres en tiempos de cuarentena

Si bien con la pandemia actual y las cuarentenas que se han implementado reina la incertidumbre, también podemos encontrar en esta situación una oportunidad de conectar con nuevos espacios de nosotras mismas y mirar con nuevos ojos lo que está ocurriendo.
foto ser mujer en cuarentena

Desde hace algunos meses nos encontramos en una situación que tal vez nunca imaginamos vivir o al menos vivir de la manera en que está ocurriendo. El Corona Virus nos ha situado en una experiencia global simultánea, única y tal vez sin precedentes para la mayoría hoy.

Con seguridad situaciones como estas las conocemos a través de libros de historia o como datos curiosos o lejanos de cómo nuestros antepasados enfrentaron pandemias y virus que amenazaron con causar la muerte de cientos de miles, y que por cierto lo hicieron, pero nunca imaginamos que nos tocaría aquí y ahora. ¡Y aquí estamos…! tratando de recuperar la “normalidad de nuestras vidas.

La incertidumbre

El invitado principal es un extraño a quien no conocemos, no tenemos claro cómo se comporta ni mucho menos cuánto tiempo se quedará. ¡Tampoco tenemos claro cuánto tiempo pasará hasta que obtengamos una vacuna que nos permita… uf! sentir que tenemos nuevamente el control.

Sin duda estamos transitando por la incertidumbre, viviendo al “día”, aprendiendo a navegar por este territorio desconocido, ya que una parte importante del mundo se encuentra en cuarentena o apenas saliendo de ella.

De alguna forma la cuarentena es un lugar donde nos sentimos un poco más seguras, donde estamos compartiendo con nuestra familia si es que vivimos con otros y compartiendo más con nosotras mismas.

Sin embargo, también está siendo un espacio de conflicto, estrés, discusiones, aburrimiento, y otras tantas más. Habitamos un mismo espacio físico donde estamos “obligados” a vernos con los que estén allí todo el tiempo, compartirlo para trabajar, estudiar, ejercitar, enojar, reír, amar…para en definitiva SER quienes somos al cien.

¿Con qué te vas encontrando en ese compartir?

El desafío de una nueva mirada

Este lugar llamado cuarentena… ¿nos suena familiar este término?, ¿lo vivimos antes? ¿Sí/ No… Cuándo? Veamos con qué nos podemos encontrar

El término cuarentena representa un tiempo de aislamiento, que, si bien puede corresponder a 40 días, también se utiliza el concepto para indicar un tiempo de aislamiento mayor o menor.

Más allá del número de días, este término se encuentra asociado al número 40 el que simbólicamente representa el cambio, la terminación de algo y el inicio de un nuevo futuro. Para Carl G. Jung, los símbolos son el lenguaje del inconsciente. La función del símbolo es acceder a la conciencia individual que guarda relación con el inconsciente colectivo que nos vincula al mundo. Así, el símbolo se considera representativo de una idea y ha sido utilizado en todas las tradiciones para expresar concepciones universales de aplicación particular.

Si revisamos un poco de historia bíblica, nos encontramos con numerosas referencias a este número: el diluvio universal dura cuarenta días con sus cuarenta noches; Moisés y el pueblo judío deambuló cuarenta años por el desierto hasta llegar a la tierra prometida; Jesús fue llevado al templo a los cuarenta días, el tiempo que fue tentado en el desierto.

En el siglo XIV se comenzó a utilizar el concepto como referencia a una medida sanitaria que consistía básicamente en el aislamiento de la población y así evitar la propagación de plagas.

Nosotras mujeres, las que hemos sido madres, vivimos el puerperio que es el período que sigue inmediatamente al parto y que se extiende por un tiempo de cuarenta días aproximadamente de forma que el cuerpo vuelva a las condiciones previas al embarazo tanto fisiológica como hormonalmente, y por cierto psicológicamente y todo después de cuarenta semanas de gestación ¡guau!

La invitación

Primero, conviértete en una nueva observadora, mirando esta cuarentena (y las que pudieras vivir en procesos futuros a lo largo de tu vida) como un periodo de pausa, descanso, de reposo, para vivir un periodo de convalecencia, un período donde por una parte nos aislamos de nuestro entorno habitual, sea cual sea, para conectar con nuestra propia coherencia, con nuestra propia forma ser y actuar en el mundo en el que nos desenvolvemos.

Segundo, pregúntate

  • ¿Qué estás viendo de ti en este periodo?
  • ¿Cómo te sientes?
  • ¿Cuál es el proceso de cambio en el que estás?

Oportunidades

La cuarentena puede ser una oportunidad de replantear nuestra normalidad sistémica, de ver aquello que era transparente y que sin cuestionar hacíamos, pero que hoy ya no lo es, o es más difícil de hacer, puesto que la mayoría de nuestros movimientos y rutinas diarias están supeditadas a nuestra libertad de desplazamiento, tránsito y de reunión, de abrazar y de tocar, todo lo que hoy se encuentra restringido.

La cuarentena nos ofrece una oportunidad de ver cómo nos relacionamos con los demás, con nuestras parejas, hijes; de ver cuánto gastamos, en qué y por qué lo hacemos; cuáles son las prioridades; cuánto de nuestro consumo es consciente con el medioambiente; cómo usamos nuestra energía vital y para qué…cuál es tu propósito en la vida.

Fuente: Datos https://www.enriccorberainstitute.com

Share on facebook
Share on google
Share on twitter
Share on linkedin
Share on pinterest